Prácticas, rápidas, flexibles: las cápsulas de café se adaptan perfectamente a nuestro estilo de vida moderno y además tienen un toque ecológico. En efecto, gracias a su dosificación exacta, los recipientes en miniatura solo consumen la cantidad de café, agua y electricidad realmente necesaria para una taza de la popular bebida estimulante. Es más, ahora hay cápsulas que después de su uso se convierten en tierra nueva en el compost doméstico.